viernes, 25 de abril de 2014

Perversión de la Rétorica

“Qué imbécil -mayúsculo-, el que pierda el tiempo escuchándome.” William Blake, El libro de Urizen.
Creí conveniente partir de un preámbulo equivalente al que se presenta en el capítulo “El lobo y el cordero Retórica de la Prevaricación” para ejemplificar un captatio malevolentiae “figura de la retórica que no existe y que no puede existir” que tiene como fin predisponer negativamente al público en un discurso.
Un orador pretende encontrar aceptación del auditorio, agraviarlo no es un buen medio. La figura retórica captatio benevolentiae, contraria al anterior, busca crear un ambiente amistoso y cercano para que el mensaje se capte de modo favorable. Existe un abismal contraste entre captatio malevolentiae y captatio benevolentiae . Es el paradigma de la perversión del mal partiendo del bien.
En un cuarto puede haber dos o diez personas y todos van a tener un parecer distinto sobre un tema, no se diga en una conferencia de cientos o miles de personas en donde un orador tiene que llegar a cada individuo con diferente percepción  con su anuncio. Un discurso es eficaz cuando da origen a una influencia social y la retórica es el sistema de técnicas para persuadir.
En la actualidad las personas buscan ser cosmopolitas, eso implica un mayor conocimiento y tino de parte de quien haga uso del  micrófono. “El individuo cosmopolita encarna en su persona una doble identidad;… en el ámbito ético, se cosmopolita entraña el compromiso de no sólo reconocer al extranjero como otro, sino de reconocer al otro en uno mismo…. Implica y exige reflexión.” [1]
¿Cuándo la percepción puede llegar a ser antitética? La retórica no pretende lavar el cerebro con un discurso, es una herramienta direccional para hacernos comprender. Anhela a que las ideas de distintos pensadores lleguen a un conceso. Pero puede ser tergiversada en el caso de la política, los mandatarios pueden hacer uso de una "persuasión coercitiva" la cual hace referencia a influencia indebida en un grado psicológico según Margaret Singer[2]:
·    “el sistema psicológico coercitivo es un programa de modificación de conducta que utiliza el poder de la influencia psicológica en forma coercitiva para producir el aprendizaje y la adopción de una ideología o un conjunto específico de creencias, ideas, actitudes o comportamiento.”
El poder del convencimiento no se debe usar para prevaricar, es decir, para beneficiarnos del alegato que se exponga, en ese caso carecería de valor  ético. Se puede depravar un mensaje para que las personas acepten los argumentos, tergiversar la información para salvarnos. 
Casus belli, expresión de origen latina, se puede traducir como “motivo de guerra”. El casus belli puede ser una prueba no verídica que busca iniciar un ataque o una acción en contra de un ser inocente.
En contexto el casus belli vendría a ser dar evidencias falsas en medio de una oratoria para convencer al espectador que alguien actúa correctamente, que un sistema es funcional o que las decisiones tomadas son las mejores.
¿Qué hubiese pasado si en la matanza de Pinochet hubiésemos escuchado solo su discurso?  Tal vez sería un héroe y todas las violaciones a los derechos humanos contra los chilenos serían actos nobles. El transmitir información coherente a los hechos ayudara a que el uso de la retórica no sea satanizado.
La palabra es sinónimo de poder, el uso de la retórica demanda de una responsabilidad social inmensa ya que bien usada puede ser un arma mortífera.



[1] La Moral de los Medios de Comunicación n: Sobre el nacimiento de la polis de los medios. Rogger Silverstone 1.ª ed. Buenos Aires: Amorrortu,2010; Pág. 33.
[2] Singer, Margaret, Ph.D.: “How Thought Reform Works”  Corte Suprema de los EE.UU., como un Apéndice educativo sobre los sistemas psicológicos coercitivos en el caso Wollersheim vs. La iglesia de Cientología casos 89-1367 y 89-1361.

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